Cualquier cosa menos común. Eso es lo que se pone al describir a Avril Lavigne. Una muchacha skate-punk, con un espíritu aventurero, una verdadera chica peligrosa. Una de esas niñas que les comenzó gustando a la gente, con su voz y su carácter aproximadamente a la edad de 2 años. Una chica de un pequeño pueblo que no podía todavía sentarse en clase sino tenía la confianza y la determinación para salir adelante, virtualmente por ella misma, para perfeccionar sus habilidades de autora, en New York City y Los Ángeles.
"Soy claramente lo que soy. Yo escribo lo que siento, yo nunca me preocupo por lo que los ótros piensan", confesó Avril. " Voy a vestir como yo soy, voy a actuar como quiera y voy a cantar como soy".
Avril hace exactamente eso en su disco "Let Go".
Tiene 18 años, compone canta y lo tiene muy claro. Con una voz limpia y cristalina, que sin embargo transmite toda la fuerza y pasión de una joven que se ha convertido en EEUU en la artista revelación del año y en portavoz de su generación. Esta skater, originaria de un pueblecito de Ontario, Canadá, ha visto cómo se hacían realidad sus fantasías adolescentes de triunfar en el mundo de la música, después de que LA Reid la descubriera y la fichara con tan sólo 16 años. Poco más de un año después, su primer single “Complicated” llegó al Nº3 de la lista de ventas en EEUU, mientras que su album debut “Let Go” entró en el Nº4.
A la hora de definir a Avril Lavigne podemos utilizar cualquier adjetivo menos el de “convencional”. Perteneciente al género de los “skater-punk”, con una forma de ser especialmente dinámica, siempre fue una chica muy activa, una de esas personalidades únicas que despertaba el entusiasmo de la gente con su voz y su carácter cuando sólo tenía 2 años. Avril era una niña nacida en una pequeña ciudad; no era capaz de concentrarse en clase, pero eso no le impidió desarrollar la suficiente decisión y confianza en si misma para trasladarse por si sola a Nueva York y Los Ángeles. Ahora se ha convertido en una imponente joven de 17 años que posee todo lo necesario para convertirse en una gran estrella: “Estoy empezando a caminar en este mundo, y tengo muy claro que siempre voy a ser yo misma. Escribo lo que siento, y no me importa lo que los demás puedan pensar sobre mí”, afirma Avril. “A la hora de vestir, ocurre lo mismo, me pongo lo que más me gusta, prendas con las que me identifico al cien por cien, y con la música es igual, canto lo que realmente me gusta, lo que siento”.
Eso es exactamente lo que hace Avril en su primer álbum, Let Go, con canciones que incluyen impactantes letras envueltas en una voz transparente con un estilo único y personal. “Anything But Ordinary”, por ejemplo, destaca como un canto a la individualidad, mientras que el primer single, “Complicated”, una canción a base de guitarra, es un tema sencillo pero lleno de fuerza. Más adelante, “I’m With You” supone la conexión con el lado más suave y delicado de Avril, aunque otros títulos, como “Losing Grip” o “Unwanted” afrontan emociones como el rechazo o la traición con una potencia especialmente marcando, afrontando los problemas cara a cara. Otras de las canciones del álbum incluyen “My World” y la metafórica “Mobile”, composiciones que en ambos casos contribuyen a mostrar al público la verdadera personalidad de Avril: “Tengo en mis manos la increíble oportunidad de hacer realidad el mayor sueño de mi vida. Ahora me paso el tiempo yendo de un lado a otro, experimentando diferentes emociones cada día”, nos dice. “Sé que a mucha gente le puede parecer un estilo de vida demasiado agitado, pero es exactamente lo que me gusta. No me gustaría tener una existencia ‘normal’, porque entonces me resultaría demasiado aburrida”.
Aparentemente, Avril nació para desarrollar una existencia llena de acontecimientos. De pequeña siempre quería ser el centro de atención de todas las miradas, y soñaba con salir de la pequeña ciudad canadiense de Napanee, Ontario, donde sólo vivían 5.000 personas. “Siempre supe que eso era lo que debía hacer”, afirma. “Recuerda que cuando era apenas una niña me subía a mi cama, como si fuera un escenario, y cantaba con toda la emoción posible mientras me imaginaba que había miles de personas frente a mí”. De aquella cama pasó a cantar en toda clase de locales, en cualquier lugar donde se presentara una buena oportunidad, primer en las iglesias, cantando gospel, y después en festivales, interpretando música country en ferias y participando en concursos de jóvenes talentos, hasta que finalmente fue descubierta por la compañía Arista Records.
Durante un viaje a Nueva York, Avril atrajo la atención de Antonio “LA” Reid, el cual le ofreció su primer contrato con Arista. A los 16 años, se trasladó a vivir a Manhattan y empezó a trabajar en su primer álbum. De ese modo, Avril se sumergió de lleno en el proceso creativo. “Me encanta componer”, afirma. “Cuando me enfado y siento que tengo dentro de mí algo que debo sacar al exterior, cojo la guitarra y escribo alguna canción. A veces pienso que mi guitarra es para mí como una especie de psicólogo”.
Aunque Avril vivió prácticamente en el estudio durante su estancia en Nueva York, al principio las cosas no salieron como esperaba: “Empecé trabajando con profesionales de gran talento, pero por alguna razón no acababa de sentirme cómoda, y las canciones no acababan de representar mi verdadera forma de ser”, reconoce. “Después pensaron que quizá sería mejor que alguien compusiera canciones especialmente para mí, pero yo lo que quería era escribir mis propios temas. Tenía que hacer mi música. Fue un período muy tenso, con mucho estrés, pero en ningún momento se me pasó por la cabeza abandonar lo que estaba haciendo”. En vez de hacerlo, viajó de costa a costa, de Nueva York a Los Ángeles, donde empezó desde cero y consiguió la frescura y espontaneidad que había estado buscando desde el principio.
Fue allí donde entró en contacto con el productor y compositor Cliff Magness: “Desde el principio pensé: “Por fin he encontrado a la persona ideal”. Conectamos totalmente, él se limitaba a ser una especie de guía para mí, me comprendía muy bien y me dejaba suficiente libertad para desarrollar mis ideas”. De ese modo, las canciones que forman Let Go empezaron a surgir de una forma especialmente fluida, con Magness al mando de la producción junto al equipo de productores Matrix. Poco después, Avril conoció al equipo Nettwerk Management, que anteriormente habían lanzado al estrellato las carreras de artistas como Sarah McLachlan, Dido, Coldplay, Barenaked Ladies y Sum 41.
Avril ha quedado especialmente contenta con el resultado final. “Durante el año pasado maduré mucho como compositora. ‘Complicated’, por ejemplo, no habla de ninguna persona en concreto. Básicamente se centra en la vida, en la gente que finge ser lo que no es, y también habla de las relaciones de todo tipo”. Confiesa que uno de sus temas favoritos es “Losing Grip”: “Habla de uno de mis antiguos novios, una persona que no supo darme lo que yo necesitaba desde el punto de vista emocional”, recuerda Avril con cierta melancolía. “Ahora la verdad es que ya no me importa, y además, gracias a aquella relación he conseguido componer una buena canción”.
Ahora que el álbum ya está terminado, Avril está deseando empezar a tocar en directo. Cuando habla acerca de sus planes bromea y nos dice que seguramente cuando salga de gira con sus músicos de rock se sentirá igual que cuando era pequeña: “Siempre fui un poco chicazo, y supongo que aún lo soy. En otoño e invierno jugaba al hockey, y en verano al béisbol, lo que más me divertía era jugar con los chicos”.
Avril hace exactamente eso en su disco "Let Go".
Tiene 18 años, compone canta y lo tiene muy claro. Con una voz limpia y cristalina, que sin embargo transmite toda la fuerza y pasión de una joven que se ha convertido en EEUU en la artista revelación del año y en portavoz de su generación. Esta skater, originaria de un pueblecito de Ontario, Canadá, ha visto cómo se hacían realidad sus fantasías adolescentes de triunfar en el mundo de la música, después de que LA Reid la descubriera y la fichara con tan sólo 16 años. Poco más de un año después, su primer single “Complicated” llegó al Nº3 de la lista de ventas en EEUU, mientras que su album debut “Let Go” entró en el Nº4.
A la hora de definir a Avril Lavigne podemos utilizar cualquier adjetivo menos el de “convencional”. Perteneciente al género de los “skater-punk”, con una forma de ser especialmente dinámica, siempre fue una chica muy activa, una de esas personalidades únicas que despertaba el entusiasmo de la gente con su voz y su carácter cuando sólo tenía 2 años. Avril era una niña nacida en una pequeña ciudad; no era capaz de concentrarse en clase, pero eso no le impidió desarrollar la suficiente decisión y confianza en si misma para trasladarse por si sola a Nueva York y Los Ángeles. Ahora se ha convertido en una imponente joven de 17 años que posee todo lo necesario para convertirse en una gran estrella: “Estoy empezando a caminar en este mundo, y tengo muy claro que siempre voy a ser yo misma. Escribo lo que siento, y no me importa lo que los demás puedan pensar sobre mí”, afirma Avril. “A la hora de vestir, ocurre lo mismo, me pongo lo que más me gusta, prendas con las que me identifico al cien por cien, y con la música es igual, canto lo que realmente me gusta, lo que siento”.
Eso es exactamente lo que hace Avril en su primer álbum, Let Go, con canciones que incluyen impactantes letras envueltas en una voz transparente con un estilo único y personal. “Anything But Ordinary”, por ejemplo, destaca como un canto a la individualidad, mientras que el primer single, “Complicated”, una canción a base de guitarra, es un tema sencillo pero lleno de fuerza. Más adelante, “I’m With You” supone la conexión con el lado más suave y delicado de Avril, aunque otros títulos, como “Losing Grip” o “Unwanted” afrontan emociones como el rechazo o la traición con una potencia especialmente marcando, afrontando los problemas cara a cara. Otras de las canciones del álbum incluyen “My World” y la metafórica “Mobile”, composiciones que en ambos casos contribuyen a mostrar al público la verdadera personalidad de Avril: “Tengo en mis manos la increíble oportunidad de hacer realidad el mayor sueño de mi vida. Ahora me paso el tiempo yendo de un lado a otro, experimentando diferentes emociones cada día”, nos dice. “Sé que a mucha gente le puede parecer un estilo de vida demasiado agitado, pero es exactamente lo que me gusta. No me gustaría tener una existencia ‘normal’, porque entonces me resultaría demasiado aburrida”.
Aparentemente, Avril nació para desarrollar una existencia llena de acontecimientos. De pequeña siempre quería ser el centro de atención de todas las miradas, y soñaba con salir de la pequeña ciudad canadiense de Napanee, Ontario, donde sólo vivían 5.000 personas. “Siempre supe que eso era lo que debía hacer”, afirma. “Recuerda que cuando era apenas una niña me subía a mi cama, como si fuera un escenario, y cantaba con toda la emoción posible mientras me imaginaba que había miles de personas frente a mí”. De aquella cama pasó a cantar en toda clase de locales, en cualquier lugar donde se presentara una buena oportunidad, primer en las iglesias, cantando gospel, y después en festivales, interpretando música country en ferias y participando en concursos de jóvenes talentos, hasta que finalmente fue descubierta por la compañía Arista Records.
Durante un viaje a Nueva York, Avril atrajo la atención de Antonio “LA” Reid, el cual le ofreció su primer contrato con Arista. A los 16 años, se trasladó a vivir a Manhattan y empezó a trabajar en su primer álbum. De ese modo, Avril se sumergió de lleno en el proceso creativo. “Me encanta componer”, afirma. “Cuando me enfado y siento que tengo dentro de mí algo que debo sacar al exterior, cojo la guitarra y escribo alguna canción. A veces pienso que mi guitarra es para mí como una especie de psicólogo”.
Aunque Avril vivió prácticamente en el estudio durante su estancia en Nueva York, al principio las cosas no salieron como esperaba: “Empecé trabajando con profesionales de gran talento, pero por alguna razón no acababa de sentirme cómoda, y las canciones no acababan de representar mi verdadera forma de ser”, reconoce. “Después pensaron que quizá sería mejor que alguien compusiera canciones especialmente para mí, pero yo lo que quería era escribir mis propios temas. Tenía que hacer mi música. Fue un período muy tenso, con mucho estrés, pero en ningún momento se me pasó por la cabeza abandonar lo que estaba haciendo”. En vez de hacerlo, viajó de costa a costa, de Nueva York a Los Ángeles, donde empezó desde cero y consiguió la frescura y espontaneidad que había estado buscando desde el principio.
Fue allí donde entró en contacto con el productor y compositor Cliff Magness: “Desde el principio pensé: “Por fin he encontrado a la persona ideal”. Conectamos totalmente, él se limitaba a ser una especie de guía para mí, me comprendía muy bien y me dejaba suficiente libertad para desarrollar mis ideas”. De ese modo, las canciones que forman Let Go empezaron a surgir de una forma especialmente fluida, con Magness al mando de la producción junto al equipo de productores Matrix. Poco después, Avril conoció al equipo Nettwerk Management, que anteriormente habían lanzado al estrellato las carreras de artistas como Sarah McLachlan, Dido, Coldplay, Barenaked Ladies y Sum 41.
Avril ha quedado especialmente contenta con el resultado final. “Durante el año pasado maduré mucho como compositora. ‘Complicated’, por ejemplo, no habla de ninguna persona en concreto. Básicamente se centra en la vida, en la gente que finge ser lo que no es, y también habla de las relaciones de todo tipo”. Confiesa que uno de sus temas favoritos es “Losing Grip”: “Habla de uno de mis antiguos novios, una persona que no supo darme lo que yo necesitaba desde el punto de vista emocional”, recuerda Avril con cierta melancolía. “Ahora la verdad es que ya no me importa, y además, gracias a aquella relación he conseguido componer una buena canción”.
Ahora que el álbum ya está terminado, Avril está deseando empezar a tocar en directo. Cuando habla acerca de sus planes bromea y nos dice que seguramente cuando salga de gira con sus músicos de rock se sentirá igual que cuando era pequeña: “Siempre fui un poco chicazo, y supongo que aún lo soy. En otoño e invierno jugaba al hockey, y en verano al béisbol, lo que más me divertía era jugar con los chicos”.
Sin embargo, la música de Avril posee todos los ingredientes necesarios para llegar por igual al corazón de chicos y chicas, y también a un buen número de adultos. De hecho, conquistar al público más mayor es uno de sus grandes objetivos: “Estoy deseando empezar a tocar, ¡quiero conquistar el mundo! Deseo que la gente sepa que mi música es real y auténtica, porque me sale del corazón. Mi único secreto es ser sincera en todo momento conmigo misma”.
Está claro que Avril es real, pero también debemos reconocer que se trata de una mujer extraordinaria, en todos los sentidos.
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